Resonancia Magnética - Apuntes de Electromedicina

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Resonancia Magnética Nuclear (RMN)
                        


La resonancia magnética nuclear (RMN) es una prueba diagnóstica con la que se obtienen imágenes del interior del cuerpo. Se basa en el procesamiento de ondas de radio que pasan por el paciente, el cual es sometido a un potente campo magnético. A diferencia del TAC o de las radiografías simples no usa radiaciones ionizantes (rayos X).

La resonancia magnética nuclear permite obtener imágenes muy detalladas del cuerpo, en dos y en tres dimensiones, y desde cualquier perspectiva. Puede aportar información sobre patologías que no se vean con otras técnicas de imagen como la ecografía o el TAC. También se utiliza cuando están contraindicadas otras pruebas de imagen, como por ejemplo en caso de alergia al contraste iodado que se usa en el TAC. Para su realización el paciente debe introducirse en una máquina, y debe permanecer quieto en su interior durante 30-60 minutos. Existen aparatos de RMNM abiertos que pueden utilizarse en personas con claustrofobia. Estos aparatos no están disponibles en muchos centros y las imágenes que se obtienen tienen peor calidad que las obtenidas con los aparatos cerrados estándar.
 
Funcionamiento.
Un equipo de Resonancia Magnética se compone de distintas partes, básicamente:
 
Un imán de grandes dimensiones.
Lo suficientemente grande para que pueda introducirse una persona o una parte de ella dentro del mismo.
 
Un sistema emisor de radiofrecuencia.
Similar a una emisora de radio.
 
Un sistema para hacer cambiar el campo magnético rápidamente.
Conocido como gradientes.
 
Una bobina o antena.
Que se dispone alrededor del paciente y sirve para recoger la señal de radiofrecuencia emitida por nuestro cuerpo. Existen diferentes tipos en función del estudio a realizar (rodilla, cráneo, etc.).
 
Una camilla.
Donde colocar al paciente para que pueda entrar en el imán.
 
Un ordenador.
Donde poder procesar las señales recibidas del cuerpo humano y poder generar imágenes.
 
 

  
El examen de Resonancia Magnética:
Comienza con la colocación del paciente sobre la camilla, y la disposición de una antena alrededor de la parte anatómica a estudiar. En segundo lugar, se hace pasar al paciente al interior del imán.
Una vez dentro, los núcleos de hidrógeno de nuestro organismo se alinean con el campo magnético existente. Todos los átomos con un número impar de protones o neutrones presentan este fenómeno físico, no obstante, se eligió el Hidrógeno para su uso sanitario, por su alta presencia en el cuerpo humano y por su elevada señal de Resonancia.
El núcleo del Hidrógeno (o protón), presenta un movimiento de espín magnético: gira sobre sí mismo, al igual que lo hace la tierra, siendo la dirección del eje de giro de este movimiento lo que se alinea con el campo magnético.
Una vez posicionado el paciente, se emiten una serie de señales de radiofrecuencia para desestabilizar a los núcleos previamente alineados. Desaparecidas las señales de Radiofrecuencia, los núcleos vuelven a su posición de alineamiento devolviendo la energía adquirida también en forma de señal de Radiofrecuencia.
 
Esta señal es adquirida por la antena y enviada al ordenador del equipo para que pueda ser procesada. Gracias a que cada tipo de tejido del cuerpo responde de diferente manera a la excitación y que hacemos variar el campo magnético con los gradientes para ir seleccionando progresivamente pequeñas porciones de nuestro organismo, podemos formar imágenes en las que podemos diferenciar el interior del cuerpo humano.

Estas imágenes representan cortes en cualquier dirección de nuestro cuerpo, y son las que verá el médico para poder elaborar un diagnóstico. A diferencia de las técnicas de imagen que utilizan los Rayos X para la generación de Imagen Cerebral imágenes, en la Resonancia Magnética no se han demostrado efectos adversos para la salud. No obstante, la presencia de un imán con un campo magnético intenso hace peligroso el acercarnos al mismo con objetos metálicos, ya que pueden salir disparados hacía el mismo y los pacientes con dispositivos biomecánicos implantados (marcapasos, ciertos implantes, etc.) tampoco deben realizarse este tipo de estudio, al poder interferir el campo magnético con dichos dispositivos.
Con la Resonancia Magnética podemos observar principalmente el Sistema nervioso central, tanto cráneo como columna vertebral, todas las articulaciones, tórax y abdomen, el sistema vascular mediante la agio-resonancia y es muy útil en la detección y seguimiento de tumores.

Por qué se hace una resonancia magnética nuclear?
La RMN se suele hacer sobre una parte concreta del organismo en la que se sospecha una enfermedad. Los motivos más frecuentes por los que se puede solicitar la realización de una RMN son los siguientes:

En la cabeza puede ver tumores, abscesos, aneurismas, sangrado, infartos o lesiones nerviosas. También puede servir para estudiar patologías en los ojos y en el oído o enfermedades degenerativas cerebrales.
En el tórax se está utilizando mucho para estudiar la anatomía cardiaca o la patología de las arterias coronarias. También se utiliza en el estudio del cáncer de mama o en caso de tumores del pulmón.
En el abdomen y la pelvis permite estudiar con mucho detalle órganos tales como el páncreas, los riñones o el hígado, el útero y los ovarios en mujeres, o la próstata en varones. Allí se pueden encontrar tumores, infecciones, malformaciones, etcétera.
Los vasos sanguíneos se ven muy bien con la RMN. Permite ver trombos, infartos, aneurismas, malformaciones o sangrado.
 
La RMN puede diagnosticar numerosos problemas en huesos y articulaciones tales como artritis, fracturas, problemas en ligamentos, tendones o cartílagos. Además, como en los otros órganos, se pueden ver tumores o infecciones. Se utiliza mucho para estudiar los problemas de columna vertebral como las hernias de disco, pues permite ver con mucho detalle los discos intervertebrales, la médula espinal y los nervios que salen de la médula.
También se utiliza con frecuencia en problemas de la rodilla, para estudiar sus distintos ligamentos o los meniscos.
En muchas ocasiones, para realizar esta técnica es necesario administrar un líquido llamado contraste que resalta los órganos estudiados y facilita la interpretación de las imágenes. El contraste más utilizado se llama gadolinio y, al contrario que el contraste usado para hacer un TAC, no está compuesto por yodo, por lo que es poco probable que cause efectos secundarios o alergia. Este medio de contraste se administra por vía intravenosa.
 
 

  
Preparación para la resonancia magnética nuclear
Estas son las cuestiones que debes tener en cuenta a la hora de someterte a una resonancia magnética nuclear:
 
Duración:
La prueba se realiza en unos 30-60 minutos, aunque en ocasiones puede durar algo más.
 
Ingreso:
La prueba se puede hacer de forma ambulatoria.
 
¿Es necesario ir acompañado?:
No hace falta ir acompañado, aunque puede ser de ayuda si le hace sentirse más relajado. En caso de que la prueba produzca mucha ansiedad, o si el paciente no puede estar quieto dentro del aparato, se suele dar una medicación relajante. En tal caso será necesario ir acompañado de alguien que le pueda llevar a casa.
 
Medicamentos:
No es necesario tomar ningún medicamento previo.
 
Comida:
Depende del órgano que se va a estudiar. En algunas pruebas que incluyen el abdomen o la pelvis puede ser necesario no ingerir alimentos ni agua durante varias horas antes de la prueba.
 
Ropa:
Puede llevar la ropa que desee, pero conviene que sea fácil de quitar. No conviene llevar objetos metálicos (pendientes, pulseras, etcétera), pues le solicitarán que los retire durante la prueba.
 
Documentos:
Debe llevar el consentimiento informado, que es un papel donde le explican en qué consiste la prueba y sus posibles riesgos, debe leerlo atentamente y llevarlo firmado. Debe llevar el volante de solicitud de la prueba.
 
Contraindicaciones:
No conviene hacer una prueba en los siguientes casos:

Si se tiene alergia a medios de contraste de la RMN como el gadolinio. En este caso se puede realizar la prueba sin contraste.
La presencia de material metálico en el cuerpo, como placas, tornillos, válvulas cardiacas, marcapasos, metralla, etcétera. Esto se debe a que todos los materiales son atraídos por el campo magnético que se crea dentro del aparato de resonancia y pueden ser peligrosos. Sin embargo, muchos materiales que se implantan en la actualidad permiten la realización de una RMN. Esta característica se refleja en las especificaciones del producto.
 
El uso de dispositivos intrauterinos (DIU), pues los DIU pueden tener sustancias metálicas como el cobre.
  • Pacientes con claustrofobia que no toleren estar dentro del aparato durante la prueba. En estos casos se puede realizar una sedación del paciente o usar aparatos de RMN abiertos.
  • Pacientes que no puedan permanecer quietos durante la prueba. También se puede solucionar este problema con sedación.
  • Pacientes muy obesos que no puedan meterse en el aparato. En este caso también se pueden usar aparatos de RMN abiertos.
  • Pacientes con insuficiencia renal o hepática grave, o con algunas enfermedades como la anemia de células falciformes, en los que el contraste puede empeorar el cuadro. En estos casos se puede realizar la prueba sin contraste.
  • En algunos casos de cirugía reciente sobre algún vaso sanguíneo.
  • Pacientes clínicamente “inestables”, es decir, que estén muy graves y puedan requerir alguna medicación, o incluso maniobras de reanimación cardiopulmonar urgentes, pues dentro de la máquina no podrán ser adecuadamente vigilados y puede ser complicada su atención.

Embarazo y lactancia: no se conocen los riesgos que puede tener la prueba sobre el feto. Por ello, en general no se recomienda realizar la prueba durante el embarazo, especialmente durante el primer trimestre.
El contraste que se usa, el gadolinio, atraviesa la placenta y el efecto que puede tener sobre el feto es desconocido. Sin embargo, si los beneficios de realizar la prueba superan los posibles riesgos se puede realizar la RMN siempre que la madre esté suficientemente informada.
Respecto a la lactancia, los fabricantes del medio contraste indican que no se debe amamantar al bebé durante 24-48 horas tras su administración. Sin embargo, las sociedades de radiología estadounidenses y europeas consideran que la cantidad de gadolinio que se excreta por la leche probablemente no tiene efectos tóxicos para el bebé. Por ello, basándose en los datos disponibles, sugieren que no hay riesgo en seguir amamantando.
 
De todas maneras, aquellas madres que estén preocupadas por el mínimo riesgo que pueda tener sobre su hijo esta levísima exposición al contraste, pueden evitar la lactancia durante las 24 horas siguientes a la realización del procedimiento.
 
Durante estas 24 horas la madre puede sacarse la leche por medio de una bomba y desecharla. En previsión de este periodo en el que no se va a dar de mamar, la madre también puede sacarse leche antes de la prueba, y almacenar la cantidad suficiente como para cubrir las necesidades del niño durante 24 horas. Otras consideraciones
Conviene no hacer ejercicio inmediatamente antes de la prueba y estar lo más relajado posible, pues cualquier movimiento puede alterar el resultado.
Además de todos los objetos metálicos, hay que retirar cualquier parche que pueda tener sobre la piel, pues si llevan algo de contenido metálico pueden dar lugar a quemaduras.



 
 
Cómo se hace la resonancia magnética nuclear?
 
El aparato en el que se realiza la prueba tiene forma cúbica y en su interior se mueve una camilla que es donde se tumba el paciente, habitualmente boca arriba. La camilla se mueve por dentro del cubo y allí permanece durante toda la prueba
En general, es necesario cambiarse la ropa por una bata de hospital. Le harán quitarse todos los objetos metálicos, pues interfieren en las imágenes radiográficas y pueden moverse con el campo magnético.

Si es necesaria la administración de contraste le cogerán una vía venosa en el brazo y le introducirán el contraste por allí instantes antes de la prueba.
También le pueden administrar una medicación para que esté más relajado. Dentro del aparato le pueden sujetar los brazos, la cabeza y el pecho con unas correas para evitar el movimiento.
También se pone un dispositivo en el pecho que detecta la respiración y el ritmo cardiaco.
Dentro del aparato oirá el ruido de un ventilador y sentirá aire moviéndose. También oirá un ruido repiqueteando mientras se toman las imágenes.
A veces se le facilitan unos auriculares con los que se puede escuchar música. Esto le puede ayudar a disminuir el ruido y puede servir para relajarle.

Durante el procedimiento, un técnico le estará vigilando desde una sala anexa y le indicará que no se mueva. A veces también le puede decir que no respire durante algunos segundos. Podrá comunicarse con el técnico si lo considera necesario.
La RMN es una prueba muy segura. El campo magnético que se aplica no tiene ningún efecto perjudicial sobre el organismo.
A veces se puede sentir algo de frío o calor con la introducción del contraste. Afortunadamente, las reacciones alérgicas al contraste usado para la RMN son muy raras. Puede resultar algo molesto el permanecer mucho tiempo quieto en la camilla y se puede sentir algo de claustrofobia.

Las personas que tengan empastes pueden sentir algún pequeño hormigueo en la boca. Es normal sentir algo de calor en el área que está siendo explorada. Podrá comunicarse con el técnico que está haciendo la prueba en caso de presentar alguna molestia importante. El mayor riesgo de la RMN se deriva de un posible movimiento de algún objeto metálico que tenga en el cuerpo debido al potente campo magnético. Por ello, es muy importante retirar todos los objetos metálicos o avisar al técnico sobre posibles materiales que pueda tener implantados. También hay que retirar cualquier parche que pueda llevar sobre la piel, pues en caso de contener algo de metal pueden dar lugar a quemaduras.
Las personas con tatuajes pueden sufrir algo de irritación sobre la piel.



 
Resultados de la resonancia magnética nuclear
Las imágenes obtenidas por la RMN se pueden ver inmediatamente. Sin embargo, su interpretación requiere mucha especialización y es llevada a cabo por médicos radiólogos.
Este especialista hará un informe escrito que le entregarán a los pocos días de la realización de la prueba junto con las imágenes obtenidas.
El informe del resultado incluirá datos sobre la técnica utilizada, si fue necesario el uso de contraste, y los hallazgos encontrados.
El tipo de hallazgo puede variar mucho dependiendo de la patología y del órgano estudiado. Muchas veces se pueden encontrar tumores benignos o malignos, signos indicativos de diversas infecciones como abscesos, o inflamación, o patología en los huesos, como fracturas o malformaciones.
En la columna vertebral pueden verse hernias de disco y afectaciones de la médula espinal o de las raíces nerviosas que salen de la médula. En la rodilla le dirán si hay afectación de algún ligamento o del menisco.
En relación con los vasos que riegan los distintos órganos, se pueden encontrar trombos, infartos vasculares (debido a la obstrucción de una arteria) o hemorragias. En el hígado se puede ver muy bien la vía biliar y detectar si existen obstrucciones o tumores a ese nivel.
A veces es necesario repetir la prueba para ver cómo evolucionan las distintas lesiones, ya sea de forma espontánea, o después de algún tratamiento. El médico que le ha pedido la prueba le dará los resultados y le indicará la necesidad de hacer otras exploraciones complementarias o alguna terapia.
 

  
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